Thursday, November 29, 2007

Lorea Elvis

Sin la sutileza de las palabras ni las manoseadas metáforas...

Tiré una lata de atún con su tapa a mal abrir (cuasi arma cortopunzante) desde el piso 25 hacia abajo. Consciente de que, tal vez, pasaría algún inocente tranquilamente por la acera, lleno de sueños, motivaciones, esperanzas y desafíos. Consciente y expectante, quizás, de ser causante de tamaña controversia. Me reía cómplice para mis adentros, arrojé el tenedor también. Esperé un par de segundos y me asomé por el borde de la terraza: la lata yacía solitaria en el suelo junto a un poste de luz parpadeante y el tenedor se había perdido de vista.
Con prolijidad me saqué la chaqueta y la doblé con sumo cuidado junto a la parrilla de esa espaciosa terraza, era de él, a ver si se acuerda de retirarla. Me puse a taratear una de Fiskales, esa que me gusta. Una fuerte brisa me instó a respirar hondo y los pelos se me erizaron. “Esta es la mía”, me dije. Y salté.

2 comments:

Anonymous said...

natyta linda creo entender el trasfondo de tu texto. ta weno.

mil besos guapetona

Bastián

Anonymous said...

Great work.